Sala 3 - MAG

CULTURA ROMANA

La arqueología del mar

Roma la gran potencia de la Antigüedad

Gracias a su expansión por el mar Mediterráneo y su entorno, lleva a cabo una estrategia mediante la cual fue conquistando e integrando a su sistema político, lingüístico y social a todos los pueblos y territorios que fue encontrando a su paso. En la Península Ibérica el proceso de romanización se desarrollará entre el siglo III a.C. y el siglo I a.C., variando en función de la resistencia ofrecida por las poblaciones indígenas.

Elementos como el uso del latín y la legislación romana fueron la base de la aculturación de los pueblos colonizados. Además, en cada zona anexionada se implantaba una nueva estructura social, militar, técnica, cultural, urbanística, agrícola y religiosa similar a la que había en Roma, garantizando así la cohesión del imperio.

No menos importante fue el comercio como base económica de esta potencia, el cual se desarrolló por todo el Mare Nostrum y dejó su impronta en las costas de Guardamar, donde los restos arqueológicos subacuáticos evidencian un trasiego comercial que conecta, a través de las rutas marítimas, esta zona con el resto del Mediterráneo.

OCUPACIÓN ROMANA Y YACIMIENTOS

I a.C. - IV d.C

Torre del Descargador

El Moncayo – Torre del Descargador-siglos I a.C. al IV d.C

I a.C. al II d.C

Cabezo Pequeño del Estaño

Cabezo Pequeño del Estaño – Siglo I a.C. al II d.C.

II a.C.- IV d.C

El Castillo

El Castillo-siglo II a.C. al siglo IV d.C

SINUS ILICITANUS

UNA NUEVA GESTIÓN TERRITORIAL Y COMERCIAL

Tras la victoria sobre Cartago, en 218 a.C.

Roma establece un nuevo sistema de administración territorial, basado en la gestión de las redes viarias, completadas por las rutas marítimas del Mediterráneo.

El actual término de Guardamar se encontraba entre Ilici y Carthago Nova, urbs conectadas por un ramal de la Vía Augusta integrado en el Sinus Ilicitanus. Este espacio, comprendido entre el cabo de Santa Pola y el de Palos, destacó por el intenso tráfico naval, derivado del comercio y de importantes exportaciones como la sal. Frente al modelo de asentamiento íbero ubicado hacia el interior, se vuelve a ocupar la zona costera.

La sal fue un recurso fundamental en época romana, asociada a la industria de salazones, ganadería y a las transacciones económicas. Ello explica el emplazamiento del embarcadero de La Mata, para su transporte por vía marítima. Los hallazgos arqueológicos del interior de la laguna infieren la existencia de una factoría salinera, vinculada a dicho embarcadero. A su vez, este formaría parte de una red de fondeaderos a lo largo del litoral (Cabo Cervera, Salaret, El Moncayo y La Estación).

La explotación del medio rural se realizaría mediante el aprovechamiento de los recursos del entorno. La agricultura se basaría en el cultivo de secano y en el uso de los pequeños valles de aluvión cercanos al rio. En cuanto a la ganadería, las evidencias arqueológicas, nos confirman una reutilización de las estructuras fenicias del Cabezo Pequeño del Estaño, en forma de cabaña ganadera (s. I a.C. – s. II d.C.).

Así, nos encontramos ante una eficiente gestión y explotación del territorio (marjales, salinas, recursos hídricos y costeros) por parte de la administración romana.

SINUS ILICITANUS

MAPA GESTIÓN TERRITORIAL

EL COMERCIO

El embarcadero de La Mata: la importancia de la sal

Uno de los elementos más significativos que encontrará la cultura romana en el entorno de las costas de Guardamar será la explotación de la sal. Las salinas marinas romanas fueron un sector que propiciaría el desarrollo de áreas concretas, a través del impulso de industrias asociadas como la de los salazones y la estimulación del comercio gracias a las exportaciones por vía marítima.

Las evidencias arqueológicas halladas en el interior de las Lagunas de la Mata nos invitan a pensar en la existencia de una factoría de explotación salinera, que estaría vinculada al embarcadero situado en el litoral.

La considerable acumulación de materiales cerámicos hallados frente a dicho embarcadero muestra la importancia de las rutas comerciales por vía marítima y la conexión con otros embarcaderos y fondeaderos a lo largo de toda la franja costera (Cabo Cervera, Salaret, El Moncayo y La Estación) para explotar y dar salida a uno de los recursos cruciales para el desarrollo de este territorio, como fue la sal.

As de cobre en contrado en el Moncayo acuñada entre los años 44-35 a.C

As de cobre en contrado en el Moncayo acuñada entre los años 44-35 a.C-2

Moneda de Constantino II aparecido en el embarcadero de La Mata (siglo-IV-d.C)

Moneda de Constantino II aparecido en el embarcadero de La Mata (siglo-IV-d.C)2

RELIGIÓN

El Castillo de Guardamar en la Antigüedad

El Castillo de Guardamar en la Antigüedad: entre lo divino y lo terrenal.

El cerro del Castillo debió de ser interpretado en la Antigüedad como un enclave místico y de carácter sacramental, dotado de un potencial simbólico y religioso en torno al mar. Desde la llegada de los primeros colonos fenicios podemos hablar de esta función religiosa, ganando fuerza en época ibérica, como señalan los múltiples pebeteros de cabeza femenina que indican la posible existencia de un santuario dedicado a la diosa Tanit en este entorno.

En época romana, a pesar de no contar con la evidencia de vestigios arquitectónicos, queda atestiguada la ocupación de este espacio a través de la presencia de dos esculturas de carácter religioso. Por un lado, se halló una estatua de Mercurio en bronce, en paradero desconocido y que hace referencia a un culto relacionado con la riqueza y el comercio en época romana.

De gran interés es un fragmento del pie de una escultura de mármol, que quizás podría pertenecer a una representación de la diosa Afrodita. Ambas piezas nos señalan la existencia de un área religiosa, y puede que comercial, que sobresaldría sobre el resto de los espacios ocupados en la franja litoral.

fragmento-del-pie-de-una-escultura-de-mármol

Cabezo Pequeño del Estaño: la explotación del medio rural

AGRICULTURA

Situado en la margen derecha del río Segura, se hallaron elementos constructivos de época romana en el interior de sus estructuras defensivas. A parte de las evidencias arquitectónicas, también aparecieron materiales cerámicos que podemos situar entre el siglo I a. C. y el siglo II d. C.

Este espacio se interpreta como una explotación agropecuaria basada en el aprovechamiento de los recursos que ofrecía el entorno, especialmente los terrenos óptimos para el cultivo de secano y los pequeños valles de aluvión cercanos al río.

El Moncayo: la explotación de los recursos del mar

PESCA

En la costa de Guardamar se halló uno de los enclaves con las mayores estructuras arquitectónicas de época romana en el entorno del Bajo Segura. Se trata del yacimiento de El Moncayo, dónde se encuentran diversas fases constructivas que nos inducen a pensar en un centro dedicado al aprovechamiento de los recursos que ofrece el mar.

La aparición de materiales como anzuelos y aros de plomo señalan la importancia de las actividades pesqueras en torno a este centro, siendo su principal razón de ser junto con la explotación de las salinas de La Mata.

UTENSILIOS DE PESCA

Peso de red de plomo encontrado en la fase romana del yacimiento del Moncayo

Peso de red de piedra arenisca encontrado en la fase romana del yacimiento del Moncayo

Peso de red cerámico encontrado en la fase romana del yacimiento del Moncayo

Potala de calcarenita del embarcadero romano de La Mata

uso y distribución piezas de pesca

Aguja metálica para tejer red encontrada en la fase romana del yacimiento del Moncayo

Volantín usado en la pesca fase romana del yacimiento del Moncayo

uso y distribución piezas de pesca

ARQUEOLOGíA SUBACUÁTICA

La arqueología subacuática es una disciplina científica cuya función es documentar, investigar, interpretar, proteger, recuperar y difundir los restos materiales del Patrimonio Cultural Subacuático

El ánfora

Es el contenedor fundamental en el transporte marítimo de la Edad Antigua, siendo sustituida en la Edad Media por el tonel. La forma del ánfora permitía adaptarse perfectamente a la forma del barco. Su base (pivote) puntiaguda facilitaba la carga en pisos apilados de cientos e incluso miles de ánforas en un mismo barco*. En ellas se envasaban productos alimentarios, siendo los principales el vino, las salazones de pescado y de aceite.